En la región más al sur de Camerún y junto a la frontera de Guinea Ecuatorial, se extiende un territorio habitado por el pueblo "Bagyeli", una de las etnias pigmeas que viven en Camerún; acorralados por multinacionales que se dedican a a la agricultura extensiva y a la construcción del un gran puerto proyectado por el Gobierno Camerunés, sobreviven a duras penas, a pesar de la ayuda recibida de varias organizaciones incluida "AMBALA" para la que trabajo.
Acompañado de "Priscil" una enfermera de una etnia vecina de los "Baka", otra comunidad pigmea que habita tierras de Camerún y que hablan un idioma parecido al que hablan los Bagyelis. A primera hora de la mañana con un conductor experto tomamos el camino. A pesar de estar en temporada seca, un "camino" de barro con grandes charcos nos lleva hasta lo mas profundo de la selva que surca el Rio Lobé que desemboca al mar en forma de cascada como se ve en la imagen:
Un enorme esplanada, ganada a la selva, contiene varias edificaciones de madera, una treintena de niños juegan en los alrededores. Rápidamente dejan de jugar se acercan al coche y a una orden del maestro se retiran a un aula unitaria que comparten niños de varias edades. Al parecer hacía unos tres meses que no se pasaba consulta. Armados de un maletín bastante completo y una caja con la medicación más utilizada, a cada niño se le hace una exploración general y unas preguntas que nos pueden orientar sobre los diagnósticos mas frecuentes en la comunidad. Se toma la temperatura a cada uno, puede ser indicador en muchas ocasiones de malaria. En el caso de tener fiebre podemos hacer un test instantáneo de diagnóstico y poner tratamiento en ese momento.
Terminada la consulta, pido permiso al maestro para hacer una foto de recuerdo, los niños se arremolinan a mi alrededor como por una orden militar.
Sabiendo que los Bagyeli son cazadores, pescadores y recolectores, me tienta la posiblidad de hablar con un cazador que pudiera venderme un antílope para poder probar su carne. Con la intervención de un encargado del colegio conseguimos ponernos en contacto con uno de los cazadores de la zona. El hombre trae el antílope y negociamos un precio que resulta ser de 5.000 Francos CFA (unos 8 euros). El aspecto es "curioso", por decir algo y el olor es poco atractivo, pero... ¡si ellos se lo comen!, ¿porqué no va a estar bueno?
La imagen muestra el aspecto del animal que parece momificado, estos antílopes viven en el interior de la selva y su tamaño es como el de un cabrito. Para conservar la carne los abren por el dorso, los "empalizan" en una especie de cañizo y los ahuman. Solo me queda pedir la receta. Esta resulta ser como una carne de cordero o cabrito con verduras y cargada un poco de "Piment" que es la guindilla que aqui se emplea.
¡Excelente! La piel verdaderamente tiene un tacto especial como si fuera una corteza elástica a medio freir pero la carne tiene el sabor propio de las carnes rojas de caza..."siempre te quedas con la duda de si lo habrá mirado el veterinario" jejeje!